El fGER y el Biogás

Las premisas que se recogen a continuación, son suscritas por el fGER como miembro de la Plataforma de Generadores de Biogás.

Los residuos orgánicos y los lodos de depuradora son fuente de generación de biogás.

La producción de biogás es la aproximación más sostenible medioambientalmente para el tratamiento de la mayor parte de residuos orgánicos, presentando indudables ventajas competitivas en aspectos claves como la huella de carbono, la contribución a la economía circular, el reto demográfico y el impulso a actividad en el sector rural.

Sin embargo, las alternativas escogidas de gestión de la materia orgánica y, en caso de producir biogás, sus alternativas de uso, dependen tanto de cuestiones técnicas como del contexto regulatorio y económico.

El aprovechamiento energético del biogás puede darse tanto en generación o cogeneración eléctrica como en su uso térmico, ya sea como biogás bruto (con un contenido en metano del 45% al 70%), ya sea depurándolo y transformándolo en biometano, con una composición química análoga al gas natural.

Según el informe publicado en 2018 por el IDAE sobre potencial de biometano en España, la disponibilidad de recursos biomásicos para generación de biogás tiene un potencial disponible equivalente al 60% del consumo doméstico-comercial de gas natural en España.

Tal y como ha pasado en el resto de países europeos, este potencial aumentará en el futuro si es acompañado de adecuados mecanismos de incentivo.

El recurso para generar biogás es abundante, pero en España no está suficientemente aprovechado en todos los sectores.

En cuanto al sector de los residuos orgánicos se refiere, esto constituye no sólo un desperdicio de energía, sino una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (CH4, cuyo efecto es 25 veces superior el CO2), con alta contribución al cambio climático.

La producción del biogás en España ha sido incentivada en el pasado solamente a través de su uso para generación eléctrica.

No obstante, la aplicación del biogás de residuos in situ para generación eléctrica, limita su eficiencia al rendimiento de los motores, existiendo la alternativa de aprovechar el potencial energético del biogás, depurándolo a biometano y destinándolo a usos más eficientes, siendo en ambos casos la energía generada de origen renovable.

Al tener una composición química análoga al gas natural, el biometano permite su inyección en la red de gas para los usos finales habituales, lo que ofrece dos ventajas:

  • No es necesario realizar inversiones de transformación ni en infraestructura de redes ni en equipamientos de consumo de los usuarios
  • Es almacenable y gestionable, con una producción continua (producción 24×7).

A nivel europeo, hace años que se está aprovechando esta oportunidad, incentivando la producción de biogás y biometano a través de la aplicación de diversas obligaciones y mecanismos de incentivo. Sin estos mecanismos, el biogás no es competitivo, ni en coste de gestión de residuos– en comparación con otras alternativas – ni en mercado, sustituyendo al gas natural.

Por tanto, los pilares básicos para considerar prioritaria la obtención de energía (biogás) de los residuos orgánicos y lodos de depuradora y su “upgrading”, el biometano, serían:
Los residuos son verdaderos recursos que no se deben desperdiciar. La producción de biogás a partir de residuos orgánicos y los lodos de depuradora supone una solución que facilita la descarbonización de la economía, reduce el uso del terreno para vertederos, reduce la dependencia energética y supone una oportunidad de crecimiento económico y de creación de puestos de trabajo en el sector de las energías renovables y de bioproductos, contribuyendo al reto demográfico y a un modelo de economía circular.
La producción de biogás a partir de residuos orgánicos y lodos de depuradora, que es una realidad en países europeos líderes en gestión medioambiental y de recursos energéticos, debe ser parte de la política medioambiental y energética de España y de desarrollo rural, con prioridad frente a otras fuentes de energías renovables, si se quiere incentivar el uso de gas renovable.
La mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero procedente de los residuos tiene su origen en los vertederos de residuos (por los residuos orgánicos que se depositan en los mismos) y en la gestión de deyecciones ganaderas y aplicaciones agrícolas de residuos. La limitación en el vertido de residuos orgánicos, acompañada del desarrollo de las instalaciones de tratamiento y producción de biogás necesarias, disminuiría drásticamente las emisiones a nivel nacional, contribuyendo a paliar el cambio climático y mejorando la calidad del aire, descarbonizando zonas rurales y urbanas.
Como caso especial temporal, la recuperación del biogás producido en vertederos es necesaria para evitar su contribución al Cambio Climático, ya sea valorándolo como otra fuente de obtención de energía (biogás/biometano), o, en su caso, si la cantidad y el tiempo de recuperación no lo justifican, su combustión en antorchas específicas, para evitar sus perniciosos efectos como Gas de Efecto Invernadero (GEI).